LIBROS DEL MISTERIO: EL MESIAS Y EL PRECURSOR ( II- PARTE)

Por Sergio Tenguan

En el siglo XVII, unos misioneros jesuitas, en lo que hoy conocemos como Iraq, dijeron haber conocido un pueblo que se llamaban “los cristianos de san Juan”.

Sus ritos se centraban en el bautismo, pero no el de una iniciación e ingreso de un nuevo fiel como en el catolicismo, sino que destacaba en todos sus sacramentos y rituales.

Este pueblo, veneraba a Juan el Bautista (su nombre lo dice), pero de cristianos no tenían nada. Al vivir siempre con el peligro de ser perseguidos por judíos, musulmanes y cristianos, se han visto forzados a presentarse de la manera más neutral posible. Aquí un párrafo de su libro sagrado, el Ginza:

Cuando Jesús os oprima, decid: somos tuyos. Pero no lo confeséis en vuestros corazones, ni neguéis la voz de vuestro Maestro el altísimo Rey de Luz, porque lo oculto no se revela al Mesías que mintió.

A este pueblo quizás lo conozcas como los mandeos. La palabra manda significa gnosis, son gente de profunda religiosidad y muy pacificas ya que su código prohíbe la guerra y el derramamiento de sangre.

Tienen literatura, en su totalidad religiosa, entre sus textos sagrados están el Ginza y el Libro de Juan. Es por esta razón que los musulmanes no les dieron caza, ya que pueden tolerar a los pueblos del libro, es decir, todas aquellas religiones que tengan escritura sagrada y un profeta.

Los mandeos representan la única religión gnóstica sobreviviente en el mundo y tienen una jerarquía de dioses y semidioses masculinos y femeninos, con su respectiva separación entre los de la luz y los de las tinieblas.

Los estudiosos dicen que hay muchas similitudes entre sus textos sagrados y el Pistis Sophia, también, paralelismos con varios documentos de Nag Hammadi e inclusive se han hallado parecidos entre su teología y algunos de los Rollos del Mar Muerto.

Parece ser que los mandeos influyeron mucho en la doctrina de los maniqueos, es decir, los seguidores del maestro gnóstico Mani. Y son estas mismas doctrinas las que a su vez ejercieron poderosa influencia en las sectas gnósticas europeas como los cátaros por ejemplo.

Para los mandeos, el Bautista fue un gran líder y un iluminado, pero no era considerado el fundador de la secta, puesto que ellos insisten en que si bien su origen fue en palestina en el siglo I, su religión y creencias son oriundos originariamente de Egipto. Ejemplo de esto es que mantienen ritos funerarios al estilo egipcio.

Todo lo contrario pasa con Jesús, que según los mandeos, es un aspirante a discípulo de Juan y que cuando este solicita el bautismo, el Maestro duda, sin embargo Jesús logra convencerlo.
Luego de convertirse en discípulo, se hace sabio a costas de Juan, y comienza a pervertir sus
palabras.

El Ginza dice: no creáis en él, porque practica la hechicería y la traición.

Esta pues, a opinión de los autores del libro, es una de las ramas más significativas de la iglesia de Juan, no porque la haya fundado él, cosa que los mismos mandeos niegan, sino porque se encargaron de transmitir la verdadera historia del Bautista hasta nuestros días, y más importante quizás, que influenciaron a otras corrientes heréticas en Europa que se encargaron de ocultar al máximo los conocimientos prohibidos, hasta el punto de mitificarlos.

Hay otro personaje relacionado a Juan el Bautista y a Jesús del cual no les he comentado mucho.
Se trata de Simón el Mago. Al igual que los mandeos, maniqueos y todas las sectas heréticas que hemos estado comentado en estas semanas, Simón el Mago era gnóstico, por tal motivo la Iglesia lo nombro el primer hereje, acusado de intentar comprar al Espíritu Santo y de pretender emular a Jesús, infiltrándose en la Iglesia para espiar los secretos.

Entre Jesús y Simón habían algunas semejanzas, por ejemplo la capacidad de obrar milagros (magia), Simón también proclamaba su naturaleza divina diciendo: Yo soy la Palabra de Dios, el glorioso, el Paracleto, el Todopoderoso, Yo soy la totalidad de Dios.

Otro ejemplo de sus semejanzas y muy importante para nuestro siguiente artículo, es de que viajaba con una mujer que se llamaba Helena, ex prostituta de la ciudad de Tiro y la llamaba, la Primera Noción y La Madre del Todo, en ocasiones también se refería a ella como su oveja extraviada. Vemos en esto último, mucho parecido con Jesús y María Magdalena.

Los simonianos adoraban a Helena como Atenea ( diosa de la Sabiduría) quien a su vez estaba identificada con Isis en Egipto, o como la figura judía de la Sabiduría, Sophia.
Epifanio en su tratado Contra la herejía revela:

Y tomó parte en misterios de obscenidad y (...) derramamientos corporales, emissionum virorum, feminarum menstruorum, a fin de recogerlos en la más repugnante de las despensas para los misterios.

Simón el Mago y Helena, al igual que en el culto de Isis-Osiris, practicaban la magia sexual.

Por último he de mencionar que en el libro dicen que Simón fue el favorito y el destinado a suceder a Juan el Bautista según un fragmento de las Recognitiones clementinas del siglo III.

En el próximo articulo, hablaremos un poco sobre el papel que desempeño María Magdalena en la vida de Jesús, no como la prostituta arrepentida que todos conocemos, sino como, Apóstol de Apóstoles.





La Revelación de los Templarios
Lynn Picknett y Clive Prince
Ediciones Martínez Roca, S.A.
Impreso en España-Printed in Spain

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